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Un consorcio de diez entidades de seis países crea el Plus-Moby, un cuadriciclo con placas s olares, baterías y modular que ha superado los test de choque como coches más grandes

La fábrica llega despiezada en nueve camiones. Transportada. Se  necesitan luz y agua y un lugar en el que almacenar las piezas que se producen fuera de la instalación. Se monta en un par de días y listo. Donde antes no había nada, ahora hay una industria capaz de producir cincuenta vehículos eléctricos diarios.

Evidentemente no se trata de montar monovolúmenes ni berlinas. Son coches eléctricos que ya tienen nombre, Plus Moby. Pertenecen a la categoría L7, es decir, cuadriciclos que se 12ueden conducir sin carné B2, pero que incluyen dos aspectos interesantes. Por un lado, su modularidad. "La intención del consorcio europeo que lo ha diseñado, y en el que participa Cidaut, es que .haya se.is versiones con diferentes usos, desde frigorífico para el reparto de mercancías hasta el que permite montar una especie de camión de comida rápida -un 'food truck', ahora tan de moda- alimentado por energía solar.

Por otro lado, como c0nesponde a un vehículo desarrollado por Cidaut, especializada en seguridad vial, es un coche capaz de cumplir las normas más exigentes en cuanto a impactos frontales y laterales.

«La categoría de vehículo es la de cuadriciclo diesel de dos cilindros, que habitualmente son poco seguros y ruidosos y que se montan con estructura tubular con acero corriente. No han sido diseñados para soportar impactos>>, explica el ingeniero Javier Romo, cabeza visible del proyecto en la empresa afincada en el Parque Tecnológico de Boecillo. «Para aumentar la seguridad hemos visto que es necesario un acero de alto limite elástico, de última generación, parecido a lo que puede llevar un vehículo estándar actual en su estructura>>.

Este cambio ha permitido superar holgadamente los test de impacto. En las imágenes a cámara lenta se observa, por ejemplo, cómo el hueco de las baterías permanece intacto tras la colisión.  «Es un coche urbano pequeño con mismo nivel de seguridad e impacto que un vehículo convencional. Hemos hecho cuatro 'crash test' con prototipos y la seguridad llega al mismo nivel, afirma Romo.

En su diseño han trabajado diez socios de toda Europa que ahora tratan dé convertirlo en realidad unido al proyecto de la fabricación 'in situ'. ¡¡Hemos pensado cómo fabricarlo simplificando a tope el proceso, que de entrada ya es más sencillo que un coche de combustión porque necesita menos componentes, explica Romo. «Así, podría fabricarse en una instalación reducida. Una de las últimas cosas que hemos hecho dentro de este consorcio es diseñar una planta de producción de ese vehículo metida en nueve 'containers' de camión. Llegas a un sitio con luz y agua y en unos días puedes producir vehículos con una inversión mucho más reducida que la que precisa una planta de vehículos», añade. Es un sueño que algunos países quieren probar. Por ejemplo, ¡¡Polonia, que no cuenta con una gran infraestructura de fabricación de vehículos>>.

Es un coche que funciona con baterías pero también con energía solar, lo que lo hace el realmente interesante para alguna de sus versiones. Por un lado, cuenta con ocho baterías, de las que cuatro son intercambiables. Por otro, los paneles solares con los que cuenta permiten que tenga una cierta autonomía a mayores de la que le permiten las pilas de gel de plomo. «Puedes conectarlo y cargarlo con energía so lar, enchufarlo a la red, utilizar la energía de las baterías estacionarias o abrir una zona menos accesible del coche y cambiarlas baterías por otras que tengas cargadas». Múltiples opciones para un vehículo que se ha concebido al mismo tiempo que otro proyecto, Free Moby, que busca aprovechar al máximo la energía solar para el vehículo y para la casa.

Cuando el coche se aparca, un panel solar cubre el parabrisas. Completa así el sistema fotovoltaico del vehículo, que ya incluye un panel en el techo. El del parabrisas, además, es más eficiente por el ángulo que forma. <<Podría llegar a dotar al vehículo de una autonomía de treinta kilómetros en condiciones óptimas», explica Romo. Eso sin contar con las baterías, claro.

Las pilas que se ocultan bajo el asiento, y que son intercambiables, pesan entre ocho y nueve kilos cada una y van ancladas con un sistema sencillo pero dado con todas las medidas de seguridad para evitar incidentes en su manipulación.

Modulable

“Una de las peculiaridades del Plus Moby es su configuración en dos partes. Podríamos partirlo al medio y seguiría funcionando”, asevera Romo: “Siempre se ha pensado que fuera una  plataforma flexible para que el vehículo tenga diferentes aplicaciones. La estructura y el sistema propulsor son comunes, pero la parte trasera es fácilmente modificable para obtener desde un vehículo de cuatro plazas a una opción taxi, otra furgoneta, una para transporte de alimentos e incluso una versión de restaurante».

En esta última, con una parte trasera más elevada, cada lateral contiene un panel solar que, una vez desplegado a modo de toldo, sirve para obtener energía para poder cocinar. Un invento que ha levantado expectación en los actos públicos en los que se ha mostrado.

Otro uso que se ha pensado es el de taxi, dado que tiene una autonomía apreciable que permite realizar 150 kilómetros con el pack de baterías, que es intercambiable y otros 20-30 a menor velocidad solo con la energía solar que es capaz de obtener por si mismo. Si este vehículo tendrá futuro es algo que está por ver, porque trasladar un proyecto de estas características a la realidad es tan complejo como puede imaginarse. El precio, además, quiere ser ajustado. En un reportaje emitido en Euronews los responsables hablaban de unos 10.000 euros como máximo.

Ocurre que el consorcio creado para desarrollarlo es muy potente en cuanto a firmas y países involucrados. Así, además de Cidaut se encuentran las italianas Ifevs, Bitron, Torino e-district, Magnetto Automotive CLN Group y Polimodel, la Universidad de Surrey, en Inglaterra; la firma rumana ICPE, la polaca IMBIGS y la búlgara Electric Vehicles Association.

Eso es lo que permite pensar que el Plus-Moby y su innovadora cadena de montaje se pueden convertir en realidad en un futuro cercano. A priori, hace apenas un año se confiaba en poder comenzar la producción dentro de 2017, aunque esos plazos se antojan optimistas.

Tanto el Plus-Moby como el proyecto Free-Moby, que se desarrollaron en paralelo, han encontrado continuación en Europa tras acabar una primera fase en agosto de 2016.

Free Moby, cuando es el coche el que dota de energía a la casa

Al mismo tiempo que se realizaba el proyecto Plus-Moby, Cidaut se veía embarcado en un plan paralelo, el Free-Moby. Una marquesina solar bajo la que se puede aparcar el coche y que incluye un armario en el que se alojan unas baterías estacionarias. Catorce socios han participado en el proyecto, que permite que el coche sea quien presta energía a la casa.

“En función del coste de la electricidad puedo decidir si cargo las baterías cuando el precio es más bajo, por ejemplo. Y luego es el usuario quien decide qué hacer con la energía en función de su <<conveniencia>>, explica Javier Romo, de Cidaut. El sistema para gestionar la energía es muy sencillo, con una pantalla en la que se explica qué energía se está utilizando y a qué se está dedicando en cada momento. «Desde una interfaz el usuario puede decidir hacia dónde quiere que vaya la energía que está obteniendo del sol>>.

«Si ponemos el coche, tenemos luz. Como jugamos con las baterías estacionarias, las de reserva del coche y las propias del coche, se obtiene bastante energía. Un vehículo como los que hay ahora, un Nissan Leaf o un Renault Zoe, sería suficiente para surtir de energía a una familia media durante tres días>>, asegura Romo. «Almacenan ya más de 30 kilowatios/hora>>. En la instalación de la vivienda, una bandeja extraíble permite colocar las baterías extraíbles del vehículo para recargarlas o prestar energía.

Por Antonio G. Encinas