El Parlamento Europeo ha aprobado la Ley de Inteligencia Artificial (IA), que establece una serie de obligaciones para esta tecnología en función de sus riesgos potenciales y su nivel de impacto. El objetivo es proteger los derechos fundamentales, la democracia, el Estado de derecho y la sostenibilidad medioambiental frente a la IA de alto riesgo. Al mismo tiempo, pretende impulsar la innovación y convertir a Europa en líder del sector.